🙄 España vuelve a debatir el aborto
Además: Mr. Handsome™️ y la Amenaza Naranja™️ se dan la mano, los autónomos cada vez más jodidos y se retira un torero legendario.
Madrid | Número 7
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🥊 Por algún motivo volvemos a gritarnos debatir el aborto en España
La clase política española se ha peleado tanto esta semana sobre el aborto que cualquiera diría que alguien está intentando prohibirlo… o hacerlo obligatorio.
¿Hasta qué punto había subido la temperatura cuando escribimos estas líneas? Pues la cosa se calentó tanto que el presidente Pedro Sánchez, del PSOE, se puso solemne y declaró que, como algunos gobiernos autonómicos (te habla a ti 🫵 Madrid) no estaban cumpliendo la ley que protege el derecho al aborto “por cuestiones ideológicas, de dogmatismo y de sectarismo”, su Ejecutivo impulsaría una reforma constitucional para blindar ese derecho.
¡Y tú más! La presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del PP, contraatacó apelando a su autoridad como mujer que ha sufrido dos abortos espontáneos para llamar a Sánchez “machito”. No nos ha quedado muy claro qué tiene que ver una cosa con la otra, pero bueno 😐.
¿Pero qué pasao’? En la edición de la semana pasada os contamos el caos que desató el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, tras apoyar una moción de Vox que obligaba a los médicos a advertir a las mujeres sobre el “síndrome post-aborto”.
Reacción inmediata. Los científicos tacharon al síndrome de pseudociencia, las feministas de misoginia, y Almeida reculó con discreción. Pero el daño ya estaba hecho: se había abierto una caja de Pandora.
Aborto: El Regreso. (O cómo un debate cerrado vuelve al escenario).
Primer paso. El Gobierno aprovechó el momento para recordar a cuatro comunidades —con Madrid a la cabeza— que una ley de 2023 las obligaba a garantizar el derecho al aborto en hospitales públicos y a enviar el listado de médicos objetores de conciencia. (Spoiler: no lo habían hecho).
Reacción tranquila—al principio. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, respondió primero con tono conciliador: dijo que el partido “respetaría la ley” y enviaría los listados para evitar reabrir el debate. Pero el lunes cambió el discurso: en vez de una lista de objetores, propuso una lista de médicos dispuestos a practicar abortos. Un cambio semántico, sí, pero revelador. (Por cierto, ninguna comunidad está bloqueando el acceso al aborto, así que tranquilos por ese lado.)
Acto siguiente: teatrillo político 🎭 . Poco después, Sánchez, viendo la oportunidad de marcar distancia ideológica con el PP, anunció que impulsaría la inclusión del derecho al aborto en la Constitución, un gesto pensado tanto para
la comunidad tuiterala galería como para el BOE.Legalismos varios. Con el apoyo de Sumar, la reforma añadiría un párrafo al artículo 43 garantizando “el derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo” y obligando a las instituciones públicas a asegurar el acceso igualitario en todo el país.
Las ministras Ana Redondo (Igualdad) y Mónica García (Sanidad) lo presentaron como un escudo frente a “la ola reaccionaria” que amenaza los derechos de las mujeres en todo el mundo, y también como un antídoto contra “la privatización de la sanidad” en regiones como Madrid y Andalucía, donde menos del 1% de los abortos se realiza en la red pública.
Obviamente, la propuesta no saldrá adelante. Necesita tres quintos del Congreso y del Senado, es decir, el apoyo del PP. Y eso no va a pasar. Pero claro, no se trata de aprobar nada — se trata de aparentar que se quiere aprobar algo.
Desde el punto de vista de Sánchez, esto permite a la izquierda presentarse como la defensora de los derechos de las mujeres, mientras hace que el PP parezca confundido y dividido (lo cual, a veces, tampoco cuesta tanto).
Ayuso, en modo guerrera cultural ON. Acusó a Sánchez de hablar “como un machito” —“¿Quién se cree para hablar en nombre de todas las mujeres?”, preguntó, y se preguntó si se creía Dios. En un giro más personal, también reveló que había sufrido dos abortos espontáneos y añadió que el aborto es “un drama” y “un fracaso” como sociedad. (Sí, los abortos voluntarios y los espontáneos no son lo mismo, pero suponemos que quería decir que ambos son tristes).
Aunque dijo que debería ser “legal, seguro y poco frecuente”, rechazó cualquier registro de médicos y prometió que en Madrid “no habrá listas negras”. Y remató con frase para la historia: “Hemos pasado de las lecciones del franquismo a las lecciones del sanchismo.” O sea, equiparando a Mr. Handsome™️ con el generalísimo.
Hasta el propio Almeida se sumó al linchamiento verbal. Acusó a Sánchez de puro cinismo político. “Actúa en su propio y exclusivo interés”, dijo. “Para él, las mujeres son una vulgar excusa, en mi opinión, para seguir en el ejercicio de poder”. Auch.
¿Y en qué queda todo esto? La enmienda constitucional no se aprobará, los abortos seguirán practicándose como siempre, y pronto encontraremos otro motivo para gritarnos entre todos. Madrid, probablemente, acabará enviando la lista. Pero no todavía.
En resumen: Los Simpson ya lo explicaron hace treinta años:
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1.🕊️ El viaje de Sánchez a Egipto, una auténtica montaña rusa de emociones
Parece que por fin hay paz entre Gaza e Israel. Y eso, la verdad, es digno de celebrar —igual que el alto el fuego y el regreso de los rehenes israelíes. Pero entre las palmaditas colectivas en la espalda y el suspiro de alivio, la cumbre de la paz celebrada en Egipto acabó quedando eclipsada (al menos en España) por algo mucho más inesperado: el curioso encuentro entre Pedro Sánchez y Donald Trump.
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