😷 El gobierno pone la lupa sobre la sanidad privada
Además: España abandona Eurovisión, las entradas par Rosalía se agotan en nada y el fiscal general sigue siendo culpable.
Madrid | Número 15
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El balance de la sanidad
🏥 Cómo una reunión hospitalaria desató un debate de alto voltaje sobre la sanidad privada
Se llama negocio. A los directivos de empresas privadas normalmente ni se les mueve un pelo cuando les pillan diciendo que hay que recortar servicios para priorizar beneficios. Molesta al cliente, sí, pero bueno: así es el business. Pero… ¿y si la empresa es un hospital y los servicios son para salvar vidas? Ahí ya la cosa explota.
Bienvenidos a Ribera Salud. El escándalo empezó cuando salió una grabación del CEO de la compañía sanitaria —que gestiona el hospital público de Torrejón (Madrid)— diciendo a los jefes del centro que recortaran servicios y alargaran las listas de espera para aumentar beneficios. Ahora ya es una bronca política en toda regla que podría cargarse el modelo entero de colaboración público-privada en España. (Gracias a El País por la serie de exclusivas.)
Recap. El 25 de septiembre, Pablo Gallart, recién ascendido a CEO de Ribera Salud en España (en la oficina le llaman el hombre del Excel), reunió a unos 20 mandos del hospital. En la grabación se queja de que el hospital pierde dinero y después se pone… un poco creativo.
Menos mejoras, por favor. Les dice que en 2022 y 2023 hicieron “un esfuerzo para bajar la lista de espera”. Y ahora suelta: “Lo único que pido es: desandemos el camino”. Y llega la frase de la discordia: pide usar “la imaginación” para identificar qué procedimientos no aportan al EBITDA del hospital y cuáles sí… y ajustar la actividad en consecuencia. Traducción: menos pacientes caros, más pacientes rentables. (Un ejemplo: el hospital habría rechazado pacientes de diálisis de fuera del municipio.)
Tierrita por encima. Cuatro mandos clínicos que denunciaron estas órdenes mediante el canal interno de ética —incluyendo al gerente y al director médico— fueron despedidos ipso facto. Alertaban de “mala praxis” e incluso de órdenes para reutilizar catéteres de un solo uso hasta diez veces; la empresa lo niega rotundamente. (¿Y si uno de estos cuatro filtró la grabación? 🤔 .)
¿Por qué ahora? Porque el grupo francés dueño de Ribera, Vivalto Santé, quiere supuestamente “rápidas ganancias” en España antes de una venta de acciones en 2026 y está nervioso por las elecciones francesas de 2027, que podrían poner en riesgo su negocio allí. Torrejón lleva años perdiendo dinero, pese a que Madrid ha inyectado €88 millones extra desde 2020 y otros €32,7 millones este julio como “rescate”.
Asociaciones público-privadas. Bajo el modelo “Alzira”, que Ribera inventó en Valencia en los 90 (cuando gobernaba el PP), la empresa recibe una cuota fija por habitante, no importan los tratamientos que reciban; además, cobra un bonus si atrae pacientes de fuera y se le penaliza si los vecinos del área se van a otros hospitales. Cada euro que no se gasta en pacientes es un euro que va a la línea de beneficios. (En la reunión, Gallart explicó que existe una relación “elástica” directa entre los resultados del hospital y la lista de espera). Pero para ser justos: las listas de Torrejón siguen siendo más cortas que las de los hospitales 100% públicos.)
Politiqueo. La izquierda vio la grabación y pensó: ¡Ha llegado la Navidad! 🎁 El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), lo definió como “el modelo del PP: hacer de la salud un negocio y de la enfermedad una oportunidad para enriquecerse”. La ministra de Sanidad, Mónica García, dice que impulsará una ley para acabar con todas las concesiones hospitalarias público-privadas.
Respuesta del PP. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, intenta bailar en dos pistas. Ha calificado la atención en Torrejón de “impecable”, culpa el escándalo a “luchas internas” y “grabaciones sacadas de contexto”, y presume de inspecciones que muestran listas de espera “inmejorables” —mientras promete que cualquier mala praxis será “erradicada con contundencia” y ordena más auditorías e inspecciones.
Tus oídos mienten. Los jefes franceses de Ribera niegan ahora rotundamente haber dado instrucciones de cómo alargar listas de espera o reutilizar material, dicen que las filtraciones son políticas y amenazan con acciones legales. Gallart ha dejado la gestión directa de Torrejón.
¿Es la salud solo otra “línea de negocio”? En muchos sectores, los operadores privados sí son mejores que el Estado para eliminar despilfarros. Pero Torrejón obliga a España a enfrentarse a una pregunta incómoda: ¿y si “eficiencia” significa menos operaciones, más demoras y aceptar a los pacientes rentables mientras se empuja al resto más allá de la curva? Y si el Gobierno decide acabar con las concesiones hospitalarias… ¿puede realmente permitirse un sistema totalmente público y de calidad? (No somos optimistas.)
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💬 Cinco temas para debatir con amigos
1. 👀 Otra crisis por machismo sacude al PSOE
Oh, sorpresa: ¡otra crisis para el PSOE! Aparentemente, todo secretario de Organización que Pedro Sánchez toca —el puesto nº 2/3 del partido— viene con un “extra” de, ejem, masculinidad tóxica.
Tanto José Luis Ábalos como su sucesor Santos Cerdán han pasado por prisión preventiva en ese macrocaso de corrupción del que te hemos hablado ya en múltiples ocasiones. Ábalos, además, era muy fan de las prostitutas. Y ahora Sánchez intenta contener el estropicio de otro escándalo que salpica al hombre que, hasta hace nada, estaba llamado a sustituir a Cerdán — después de saberse que el PSOE no investigó durante meses las denuncias sobre su comportamiento tóxico.
Le dicen Paco. Varios testimonios acusan a Francisco “Paco” Salazar —un veterano del partido y ex alto asesor de Sánchez— de acosar sexualmente, de forma sistemática, a las mujeres que trabajaban bajo su mando.
Travieso. Salazar, muy cercano al círculo íntimo de Sánchez (¡qué racha lleva ese círculo!), habría humillado a trabajadoras jóvenes con comentarios sexualmente explícitos, abusado de su posición de poder y convertido la oficina en un entorno directamente hostil.
Desagradable. Según denuncias por escrito publicadas por elDiario.es, Salazar presuntamente se bajaba la cremallera delante de mujeres, simulaba actos sexuales en reuniones, se obsesionaba con sus cuerpos y su ropa, y hacía comentarios explícitos sobre sus vidas sexuales —todo ello recordándoles su cercanía al poder y su capacidad para arruinar carreras. Un encanto de persona 🏅.
Tan cerca… Salazar —que iba a incorporarse a un equipo “coral” para sustituir a Cerdán en la Secretaría de Organización— dimitió en cuanto salieron las acusaciones. El PSOE admitió después que dos denuncias formales se habían presentado meses antes a través del canal interno contra el acoso.
Ups. Esas denuncias desaparecieron misteriosamente del sistema. El partido culpó a un “error técnico”, una explicación que no calmó ni a la militancia ni al público… ni convenció a nadie, la verdad.
Cerrar la fuga. Sánchez reconoció esta semana que el PSOE ha cometido “errores” (😱), admitió un “error no premeditado” en la rapidez de la respuesta y asumió la responsabilidad. El partido dice ahora que colaborará plenamente si las víctimas deciden acudir a la vía penal. ¿Camino a la redención? De momento, con baches.
Haz lo que digo, no lo que hago. Una semana después de calificar la conducta de Salazar como “vomitiva”, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, tuvo que explicar este martes una comida que compartió con él en noviembre —meses después de las denuncias y de su dimisión—. Dice ahora que fue un “error” y “no se tenía que haber producido”. (¿En serio? 🙈)
Un pelín menos feminista de lo anunciado. El escándalo ha indignado a muchas mujeres del PSOE, furiosas porque se ignoraron durante tanto tiempo unos abusos denunciados dentro del partido que presume de ser la gran vanguardia feminista de España.
La oposición se frota las manos. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó a Sánchez de hipocresía y sostuvo que el ascenso y la larga cercanía de Salazar al poder revelan un “doble moral” del feminismo socialista: “Es un partido peligroso para las mujeres”.
Un poco… exagerado. Pero sí, en el ambiente hay un tufillo a hipocresía.
2. 🧑⚖️ Los Supremos por fin explican por qué condenaron al fiscal general García Ortiz (19 días después)
El Tribunal Supremo puso a España patas arriba el 20 de noviembre, cuando anunció que había condenado al fiscal general Álvaro García Ortiz por filtrar información confidencial del caso de fraude fiscal del novio de la presi madrileña Isabel Díaz Ayuso… y luego no publicó la sentencia. A la izquierda: “¡Pero cómo se atreven!”. A la derecha: “Totalmente normal, chicos”.
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